Alito pende de un ‘hilito’
La suerte que corra Alejandro Moreno en el futuro inmediato, se enlaza con el destino del Partido Revolucionario Institucional.
A su vez, las decisiones que se tomen en el PRI, respecto a la ruta que seguirá el partido en los próximos meses, inciden en forma directa en el futuro de la Alianza Va Por México.
Ayer pudimos ver a un Marko Cortés al borde de las lágrimas, pidiendo a la dirigencia priista bajar la iniciativa presentada por la diputada del partido tricolor, Yolanda de la Torre, para que personal militar siga al frente de la Guardia Nacional, hasta el año 2028.
Marko estaba visiblemente alterado. Todo el proyecto para la “moratoria constitucional” se viene abajo si el PRI respalda la permanencia del ejército en labores de seguridad, tal y como lo está pidiendo el presidente, con el respaldo de la mayor parte de los congresistas de Morena.
Ese pacto que obliga a rechazar cualquier propuesta que venga del gobierno de la república, se rompe con esta decisión unilateral que llega de improviso a la Cámara de Diputados.
Los escenarios cambian completamente con esta iniciativa que parte del PRI.
En Morena, Ricardo Monreal pierde fuerza, al dejar de ser el factor de decisión para conseguir la aprobación de la Ley que deja en manos del ejército, la función operativa de la Guardia Nacional. Hay un plan “B” ahora, que viene del PRI y que puede resolver el problema parcialmente, pues se deja bajo mando militar a la Guardia, al menos hasta el 2028.
En el PAN y el PRD se encienden focos rojos, pues sin la participación del PRI, la Alianza pierde su razón de ser, al convertirse en una fuerza parlamentaria insignificante y se abren las puertas a otras reformas que pudiera presentar en los siguientes dos años, el presidente López Obrador. El PAN se quedaría solo, pues en realidad el porcentaje de participación del PRD tiende de cero.
En este momento no se sabe a ciencia cierta la razón por la cual la diputada priista, presenta la iniciativa que incrementa el número de años para que los mandos militares continúen operando en la Guardia Nacional, después del 2024, tal y como está establecido en el segundo transitorio de la Ley que da vida a esta institución.
Se especula que es un acuerdo directo entre Alejandro Moreno y Sergio Gutiérrez Luna, diputado por Morena, en el que se contempla el voto a favor del PRI, sobre el mando operativo militar en la Guardia Nacional, a cambio de que no prospera la investigación que realizará la comisión instructora en la Cámara de Diputados, para determinar si es desaforado o no, Alejandro Moreno.
Pero esto tiene pocas bases sólidas.
La Comisión instructora que determinará el futuro de Alito, está conformada por cuatro integrantes. Dos de Morena que son Jaime Humberto Pérez Bernabé y Leonel Godoy Rangel. El panista José Elías Lixa Abimerhi y el priista Rubén Moreira.
Para que procesa el desafuero de Alejandro Moreno, debe darse una votación mayoritaria dentro de la Comisión. Solo así puede pasarse al pleno para la decisión final. Habiendo dos morenistas y dos opositores en la comisión, el empate final es seguro. La investigación y propuesta para desafuero no prospera y pasa a la congeladora. No había un peligro inminente ahí para Alito.
Otros piensan que los videos con que cuenta el gobierno de Campeche, son una amenaza que preocupa bastante al dirigente del PRI. Hay material para fincarle responsabilidades y acusarlo administrativa y penalmente, por situaciones irregulares.
También se piensa que las investigaciones que realiza Renato Sales, sobre el paso de Alejandro Moreno por el gobierno de Campeche, acumulan pruebas en contra de Alito.
Los motivos para que esta iniciativa fuera presentada en este momento, se desconocen, pero como bien dice el presidente López Obrador, “en política, nada es casual”.
La respuesta de la diputada Yolanda de la Torre a la petición que hace Marko Cortés al PRI, para que se baje la iniciativa, o de perdida no se vote a favor, es contundente.
“La bajamos (le dice), siempre y cuando los gobernadores del PAN, declaren públicamente que las policías en sus Estados, están suficientemente preparadas y capacitadas para hacerse cargo de la seguridad pública, si salen las fuerzas armadas de esas entidades federativas. La bajamos si ellos adquieren ese compromiso”.
Todos sabemos que no hay policía estatal y municipal en el país, que tenga la capacidad para enfrentar a la delincuencia organizada. La Guardia Nacional y la Fuerzas Armadas, son los garantes de la tranquilidad y la paz en esos estados. Pedir a los gobernadores de Acción Nacional que adquieran un compromiso que definitivamente no pueden cumplir, es darles un NO como respuesta.
En la conferencia mañanera del día de hoy, el presidente López Obrador se refirió al tema, señalando que la raíz nacionalista del Partido Revolucionario Institucional se recuperaría si en verdad se da un posicionamiento en este sentido. Dio la bienvenida a la propuesta priista y fue más lejos aún. Se dirigió a los congresistas del PAN, señalando que en cuestiones de seguridad, no puede haber diferencias partidistas, ni enfrentamientos políticos que pongan en riesgo la seguridad de los ciudadanos. “El Pueblo no se merece eso”.
Propuso incluso la realización de una consulta pública, para que sea la gente la que decida si quiere o no una Guardia Nacional profesional y con mando militar, o prefiere el modelo neoliberal con mando civil, que corrompió y destruyó a la Policía Federal.
Hoy hay “Martes del Jaguar” y veremos que presenta Layda Sansores, sobre el pasado de Alejandro Moreno.
La Cámara de Senadores ya recibió la iniciativa de Ley sobre la Guardia Nacional que fue aprobada en la Cámara de Diputados. Ahora toca a ellos revisarla para su aprobación, o rechazo.
Pero una cosa es cierta. Ya hay Plan “B” y este llega por conducto del PRI.
Veremos si se sostiene, o queda en mero amago. Porque conociendo a Alito y sabiendo de sus formas para hacer política, todo es posible.
Por lo pronto la Alianza de Claudio X González se tambalea peligrosamente.
Sería la caída final para la peor oposición que ha tenido este país.
Una oposición de una mediocridad inocultable.
Malthus Gamba