Noticias

El antes y después con AMLO
Columnas

El antes y después con AMLO

En una conferencia mañanera, desde Tijuana, el presidente explicó que él siempre ha sido diferente a los estándares de los políticos de siempre: tramposos, rabiosos, negociantes y corruptos. Él siempre se ha mantenido aferrado a su convicción de que el pueblo merece un buen gobierno, que le dé las herramientas para que se erradiquen las injusticias y que se achiquen las distancias entre los que tienen y los que no. No sólo lo ha descrito, sino que ahora, desde la presidencia, lo hace una realidad.

Es comprensible que, siendo un animal raro, los otros lo rechacen. Es que pone en peligro sus costumbres de saqueo, porque abre la posibilidad de que el pueblo perciba las diferencias y, eventualmente, nosotros el pueblo, hayamos tomado la decisión como a fin de cuentas hicimos en 2006, 2012 y 2018 cuando votamos por él y el proyecto de Nación que ha planteado desde que fue Jefe de Gobierno del Distrito Federal.

Y ese fue, definitivamente, el punto de quiebre en la política mexicana: por décadas, la política era una tarea a la que estaban destinados grandes y consagrados simuladores. Tostoneros que iban de casa en casa prometiendo drenaje, escuelas, calles, a cambio de tinacos y láminas, en un juego cruel pero aceptado por millones, donde los primeros prometían y simulaban que estaban trabajando los primeros meses de sus administraciones, y los ciudadanos decían que, al menos les habían dado algo, aunque ya sabían que no cumplían y que iban a robar todo su encargo. Es más, hubo quienes les “perdonaban” la ratería porque al menos habían tapado los baches, o había puesto florecitas en los camellones. Y políticos que aceptaban que robaban, pero poquito. Para casi todos, esta mascarada funcionaba a la perfección. Todos bailaban al son que pagaba el dinero del poder y en el caso, hasta los periodistas, gozaban entre vals y vals. Aclaro que siempre ha habido excepciones y tanto de los políticos como de los periodistas, siempre hubo quienes pasaron por el pantano sin manchar su plumaje.

México vio un antes y un después con la llegada de este hombre de Macuspana, que habla despacio e insiste en su mismo discurso desde hace cuarenta años. Sí, llegó como muchos, con la intención de trabajar haciendo bien su labor, pero como pocos, se indignó con la realidad y los modos de hacerse tarugos desde los gobiernos estatal y federal. Y como nadie, se enfrentó al monstruo que ha intentado devorarlo en venganza.

Sus batallas serán parte de la épica nacional y como si fueran los cantares del Mío Cid, las iremos platicando: desde el primer fraude en su contra, por el tramposo Madrazo, hoy dueño de latinus y que, desde entonces, le profesa todo el odio y provee lo necesario para destruirlo. Su lucha como dirigente de la izquierda y la marcha por la defensa del petróleo; su periodo como Jefe de Gobierno y el momento en que verdaderamente se convirtió en el rostro de la resistencia civil y las causas perdidas.

Un líder que cambió la visión de los defeños y nos dimos cuenta de que los políticos no eran los dueños del país, porque nos demostró que la democracia da a la ciudadanía la voz y la razón, para ser la quien dicta las acciones del gobernante. Nos enseñó que el mandatario es el encargado de administrar, pero el pueblo soberano, es el que manda. Y esa chispa encendió la mecha soberana de miles de ciudadanos de otros estados, que lo respaldamos para ser candidato a presidente en 2006.

Y ese fue el momento en que los que tenían muy tendida la cama, sintieron el verdadero terror, porque entendían que esa paz simulada y esa corrupción que tan millonarios los tenía, se iba a acabar y se lanzaron a acusarlo de ser el peligro para México.

Con expertos de marketing político, con Morris a la cabeza, trazaron la campaña “López, un peligro para México” que ciertamente, se implantó en la cabeza de muchas personas que se imaginaron despojados de sus bienes; pauperizados, lanzados a trabajar en campos de concentración y con un dictador que, de por vida, se merendara a los bebés recién nacidos. El panorama de pérdida de las libertades era nefasto, obvio, y ahí es donde se implanta el efecto Mandela, que consiste en que colectivamente se tiene una idea de algo que es totalmente diferente de la realidad y ya había quienes aseguraban que AMLO había hablado de comunismo; que había dicho que iba a expropiar bienes de empresarios; que iba a quitarle a los ricos para dejarlos tan pobres como los pobres de siempre, los hechos por el pri… la publicidad funciona, sin duda.

Además, Fox, que era presidente entonces, hizo todo lo que estaba a su alcance para que Andrés Manuel desapareciera del plano político, por lo menos, e intentó encarcelarlo. Esa historia la sabemos bien, como también sabemos que esa fue la razón que hizo que el “Peje” pasara del plano chilango al nacional, y la gente en otros estados, tuviera curiosidad de enterarse de las razones por las que lo estaban desaforando.

Y millones de mexicanos se quitaron la duda y se convirtieron en obradoristas que acompañaron la candidatura y votamos por él y ganamos, y estuvimos indignados, exigiendo el “voto por voto, casilla por casilla”, cuando el fraude nos arrebató la tranquilidad y nos impuso a un usurpador que implantó la violencia como eje de la vida de un país que sigue padeciendo esas consecuencias. Y continuamos caminando con el líder que varias veces recorrió el país y nos saludó en cada pueblo, para explicar en todas las plazas en qué consistía esto que hoy se llama la Cuarta Transformación.

Y este Plan Nacional lo llevó a ser el candidato que “perdió” ante el candidato de las televisoras, que como fue evidente, era la opción para que retornara el pri, en una alternancia malparida que solo duró dos sexenios no porque no pudiera durar más, porque el prian siempre ha existido, sino porque el pan salió más sangriento que los peores años del pri en la guerra sucia y esa violencia, a fin de cuentas, no deja robar a gusto, porque había que poner a trabajar, realmente, a quienes conformaban las secretarías de estado y porque saca a las calles a las personas a gritar, a exigir justicia, a oponerse a los malos gobernantes. Pero como el costal de la corrupción ya estaba desfondado, por más que se retornara a los esquemas de ficción que, como en las novelas, hacía creer que se trabajaba por el pueblo y para el pueblo, la fórmula ganadora ya estaba pasada de moda.

Solo que, como dice el dicho, la perra no era arisca, sino que los golpes la hicieron así y después de dos fraudes y muchos sexenios de despojo por consigna, ya no fuimos cien y no fuimos mil, sino que millones salimos a mostrar el músculo de la izquierda y empezamos a cuidar la campaña y la elección y los votos y por fin, defendimos nuestra voz y por ello, la legitimidad de nuestro presidente le da la fuerza y la estatura moral con la que se planta y sin ambages señala a cada uno por lo que son: vendepatrias, mercenarios, simuladores, mafia del poder, pasquines horrendos e inmundos.

La honestidad no es un adjetivo de uso general, al parecer, y a los opositores de México les pica semejante cualidad. Y como es un valor que ellos no pueden comprar con los otros valores (monetarios) que han adquirido, entonces, deben demeritarlo e intentan burlarse de tan rara condición. La corrupción debe ser el sello que iguale a todos y por eso, si Andrés Manuel no es corrupto, lo van a hacer ver tan corrupto como sea necesario y si no es él, serán sus hijos, y sus hermanos y sus amigos.

En este punto, todos los argumentos que intentan para desprestigiar al Presidente, como ya sabemos, les explotan en la cara como al coyote. Se creen que nadie va a descubrir las tramoyas en sus escenificaciones y sin embargo, las investigaciones publicadas en RT, por el periodista Manuel Borbolla, aparecen los montos que la USAID ha provisto a la Asociación Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, propiedad de Claudio Equis, porque, para su desgracia, la ruta del dinero siempre es trazable. Digo, así agarraron a Al Capone, por la lana…

Es indebido que un gobierno extranjero financie a un grupo golpista. La definición cabe perfectamente en el tipo penal de traición a la patria, por lo que podría ser imputado el titular de la asociación que recibe el financiamiento y, por consecuencia directa, aquéllos que han sido pagados con esos dólares para ejecutar todos los actos que, como es evidente, los tienen tan seguros de que van a ganarnos, a nosotros. Según ellos, el presidente es removible.

Las acciones de un pueblo organizado deberían alertarlos para que eviten ejecutar esas operaciones que, deliberadamente, están en contra de la ley y del pueblo, pero parece que se envalentonan con apoyos extranjeros, como el del senador por Texas, Ted Cruz, que en sesión pública dijo que estaba en riesgo la seguridad nacional de Estados Unidos porque el Presidente atacaba a uno de los periodistas más “reputados” de México. Pero se emocionan antes de tiempo: lo que los políticos gringos piensen u opinen, nos sobra, porque la soberanía, precisamente es ese escudo protector contra la injerencia de otro país en la política interior. Se están jugando el todo al apostar por ese respaldo, o el de España o de donde sea, con tal que venga como la justificación del golpe final que saque a López Obrador del juego político.

Este nudo se apretó en tiempos de veda de revocación, que le amarran las manos al presidente, aunque sabemos que tiende a zafarse con facilidad, pero la finalidad es que ante los ojos de los más despistados, se merezca que ahora, en la consulta revocatoria, la gente vaya a votar porque se vaya. Nuestra misión es revertir, desmentir y frenar los ataques tanto como podamos, pero sobre todo, explicar qué es lo que nos estamos jugando, porque AMLO está apostando al respaldo del 70% que nos sentimos en el camino correcto de la historia y que votaremos en mayoría para respaldar su labor hasta el fin del periodo legal de su sexenio.

Si no es ahora, ¿cuándo? Si no es por México, ¿por quién? Si no es hacia el futuro, pero con los pies en el presente, ¿entonces para qué estamos en esta Cuarta Transformación?

Notas relacionadas

Noticias de México y el mundo, sin adornos ni filtros, directas y fieles a la realidad, ¡todo lo que necesitas saber!