Payasos en decadencia
Por: Rafael Redondo
@redondo_ rafa
Érase una vez, un tiempo en que, el personaje de Brozo, dictaba agenda en los medios de comunicación. Personalmente, me parece poco responsable e incluso, poco ético que, un personaje ficticio, describa o analice, la realidad nacional; además, su nivel de vulgaridad siempre superó mi umbral de tolerancia a la chabacanería. Sin embargo, es real que su programa, tuvo un momento de esplendor. Eso no quiere decir que, Brozo sea periodista. Es un comediante, y se nota.
Luego de que, el programa radiofónico de este personaje fuera sacado del aire (la evidencia indica que, fue resultado de baja audiencia), Brozo, de inmediato, culpó al presidente. Después de que el presidente, fuera cuestionado respecto a este asunto durante la conferencia matutina, Brozo, posteó lo siguiente en su cuenta de X, y cito:
“Oye primo hermano, ¿de veras, de veritas no nos quieres imponer a tu secta durante 70 años igualito que hicieron tus mentores del PRI? Si no fuera cierto, ni habrías fumado mi burda, errática e insensible perorata. Yo sé que en el fondo te encantó, (sic) en otros tiempos las hubieras celebrado, pero el poder y la soberbia te arrebataron el espíritu y lo demócrata. Que tengas una semana chingona, dictador. Órale! (sic).”
Pese al característico lenguaje rococó de Víctor Trujillo que, resulta un despropósito a la inteligencia, Brozo, en este texto, hace gala de una enorme incultura, de una soberbia descomunal, clásica de aquellos que, añoran su pasado glorioso en la pantalla de televisión; pero, lo más importante, se olvidó, y desdeñó, a su audiencia.
Tanto políticos de oposición, los pseudo intelectuales, como estos presentadores y periodistas, que alguna vez fueron los amos de la palabra y, por tanto, de las ideas, en su obsesión por aferrarse a un clavo ardiente, viendo perdidos sus fueros, olvidan que, existe la ciudadanía. Obcecados, borran a la gente del mapa, como si la realidad sucediera, solamente, entre ellos y el presidente. Ellos, claro, poseedores de la verdad revelada.
Analicemos el post:
1) Secta: significa doctrina ideológica que, se aparta de la ortodoxia; por ello, se trata de un grupo minoritario.
Brozo, o no acaba de entender los niveles de aprobación tan altos que tiene el presidente López Obrador, o no sabe leer gráficas, o vive en un país que, no es México. O de nada sirve tanta verborrea rebuscada, en un vano intento por parecer versado en varios temas, pues, tal pareciera, no habla español. Y hay algo mucho más grave: está llamando a los muchos seguidores del presidente, una bola de idiotas, presos de una ideología. A Brozo, se le olvida que, esos idiotas, ideologizados, sectarios, son su mercado potencial, y muchos de ellos, fueron quienes le dieron los altos niveles de audiencia que, alguna vez tuvo. Cree que, su coscorrón va contra López Obrador; aunque, preso de la ira, el golpe va a dar contra aquellos, quienes podrían ser sus escuchas.
2) 70 años del PRI: al equiparar al PRI, con López Obrador, no con Morena, ni con los seguidores del presidente (Insisto, no toma en cuenta a la gente de a pie), Brozo evidencia sus baches cognitivos, sobre la trayectoria del México post revolucionario.
El PNR, nace en 1929, a instancias del expresidente Plutarco Elías Calles quien, en un esfuerzo por reunificar un país, preso del poder atomizado en todo el territorio nacional posterior al caos en que se convirtió la última etapa revolucionaria, deseaba reconstruir al Estado mexicano. El PNR, comenzó a aglutinar a todos los sectores del país, con especial atención a los sectores populares, enarbolando claramente, una ideología socialista, e intentando así, contrarrestar los movimientos fascistas que, emulando a Europa, comenzaron a proliferar en México. ¿El partido reunificó al país? Por supuesto. ¿Cómo lo logró? Al precio que fuera: con la amenaza, la coerción, el chantaje, el nepotismo, la fuerza, el intercambio de favores, y enfocándose hacia los líderes. O sea, nunca permeó a la gente de a pie. El recién cimentado Estado mexicano, nace con la señal de la corrupción. Así, comienza el corporativismo como herramienta y fortaleza del partido. La CTM, la CNC, la CNOP y en 1946 los militares, y en general, todas las instituciones.
Las diferencias entre Elías Calles y Lázaro Cárdenas, llevaron a que, en 1938, el partido cambiara de siglas: PRM, tratando de recuperar su génesis revolucionaria. En 1939, comenzaron a aparecer movimientos opositores, pero, el partido, que dio forma al Estado mexicano, en 1946, cambia otra vez de siglas, ahora a PRI, veía en todos los opositores, un atentado contra del partido y por tanto contra el Estado mexicano. Todos los poderes, instituciones, “poderes fácticos”, tenían las siglas del partido. El PRI, fue por 70 años, el Estado; es decir, el Estado mexicano contemporáneo, se cimentó y creció, junto con las siglas del partido. El partido, el PRI, fue a su vez el Estado.
Morena, llegó cuando el Estado mexicano contemporáneo, ya estaba formado, y no hay ninguna señal, estamos muy lejos, de regresar a una etapa de cimentación del Estado mexicano. Morena, surge del trabajo, la mente y la lucha social, de un solo personaje, quien hoy, es el presidente de México. Acerca de los resultados, hablé en mi artículo anterior, y sinceramente, me da flojera enumerarlos cada vez que escribo un artículo. Simplemente, recomendaría a los detractores viscerales del presidente que, allá, fuera de un set de televisión o de una cabina de radio, hay gente que, percibe los beneficios tangibles, no ideológicos: una pensión, en el sur sureste, se sienten tomados en cuenta, por primera vez. En la calle, hay gente con un empleo, gracias al Tren Maya, a Mexicana de aviación, o a una refinería. Entre la gente de a pie, alguien percibió el aumento en su salario. En la ciudadanía, hay por ahí, un millonario, o varios que, incrementaron sus fortunas, gracias a la inversión y al estímulo al consumo. Entre los ciudadanos, hay muchos que, sienten orgullo por su color de piel, por su país o por su presidente, por primera vez en su vida. Si Brozo y otros muchos, se dieran a la tarea de revisar la Historia de México, y posteriormente, salieran a la calle, tomaran en cuenta a la gente, no relacionarían dos fenómenos, el PRI y López Obrador que, no tienen nada que ver, uno con el otro. La cronología, no es su fuerte señores. Por cierto, cuando Brozo se refiere de manera despectiva al PRI, como mentor del presidente, sigue sin entender que, el PRI, durante muchos años, fue el Estado; por tanto, no entiende que, fue el PRI, el único sitio que daba asilo a todos aquellos que, querían dar sus primeros pasos en la política, entre otros muchos, López Obrador.
3) En otros tiempos lo habrías celebrado… dice Brozo. Brozo, equivocadamente cree, según sus palabras que, se puede ser contestatario, solo vociferando, lanzando vituperios a diestra y siniestra, como una señora chismosa quien teme a la evidencia, pero, asegura que, en la vecindad, hay fantasmas. Ser un buen opositor, contestatario, crítico, significa, dominar la realidad y poseer destreza en el análisis metódico. Si ser opositor fuese solo verborrea y AMLO hubiera seguido esa línea, no estaría hoy, donde está, o el país, sería un verdadero desastre.
Repito, para ser opositor, es indispensable, tener una minuciosa lectura de la realidad, para entonces, poder señalar errores y denunciarlos. No se es opositor con verborrea, por muy rococó que sea el lenguaje. Tampoco, se es opositor, leyendo teleprómpter en un cierre de precampaña. Tampoco se es opositor, reclamando públicamente, notarias y privilegios como Marko Cortés.
4) Dictador: aquí, el colmo de la incultura, el delirio, la locura. El léxico de la oposición, aunque se crean depositarios de la inteligencia y cultura más perennes, es tan básico que, Dictadura se ha convertido en su categoría de análisis preferida, el estandarte sin mística, ni romanticismo. Si Brozo, insultara a Hitler, a Mussolini, a Franco, o al mismo Porfirio Díaz, como insulta a López Obrador, esa peluca verde, a un mes de iniciado el sexenio, hubiera flotado en el Gran Canal. No es necesario entrar en más nimiedades.
Brozo, en su intento frustrado de golpear al presidente, golpea a la ciudadanía, y entonces, el golpe se le regresa. La audiencia ya no lo favorece, ya no le creen. Y, ¿cómo lo va a favorecer, si los llama miembros de una secta, los desdeña, los insulta?
Lo mismo que le pasa a Brozo, les espera a otros tantos, antes figuras de los medios quienes, siguen en su intento, por decir mentiras y tratando a la gente como tonta. Lo mismo le pasa a Xóchitl Gálvez. Nadie quiere aprender a cocinar pavo, gracias a una candidata a la presidencia. Quieren, queremos soluciones. Lo mismo le sucede a toda la oposición.
Para concluir, es muy desagradable para un cliente, que el vendedor insulte su inteligencia.
Es muy desagradable que el producto que te venden como sabiduría pura, resulta no tener la cultura mínima, ni siquiera del bachillerato.
El cliente, no compra un producto que lo ofende, lo minimiza, lo anula, lo desdeña, que le hace daño.
La ira y la inteligencia no suelen salir de fiesta juntas, por eso, la ira, está conduciendo a la decadencia, de una pésima, vergonzante, iletrada y poco racional, oposición mexicana contemporánea.