LA APUESTA HISTÓRICA DEL PRESIDENTE
Estamos viviendo tiempos estelares dentro de un cambio político y social, que modifica la vida cotidiana de los mexicanos, sin importar el grupo social donde esté ubicado cada ciudadano. La Cuarta Transformación lo toca todo.
Beneficia a los sectores olvidados del país, creando programas sociales sólidos. La clase media nutre sus filas con los ciudadanos que abandonan el segmento de pobreza extrema. Los empresarios, ajenos al tráfico de influencias, obtienen ganancias importantes dentro de un clima de seguridad para la invensión, control del gasto público y cero tolerancia a la corrupción.
El Movimiento de Cambio ha construido una nueva realidad para los mexicanos y crea las bases para mirar con esperanza hacia el futuro inmediato. Desafortunadamente, el sexenio está tocando a su fin y el relevo en la presidencia de la república, es algo que preocupa a todos. El perfil del nuevo presidente (sea éste o ésta quien sea), estará por debajo de la capacidad política, humana e histórica de Andrés Manuel López Obrador.
Sobre esto escribo hoy, aunque el tema, dentro de la misma izquierda, esté considerado como tabú.
Pero las cosas que algunos intentan ocultar, a final de cuentas salen a la luz y entonces se toma conciencia de que el silencio, fue la peor estrategia a elegir, en momentos en que la verdad hubiera dado otro rumbo a los acontecimientos.
Vamos al tema
Para muchos, es inocultable que el presidente López Obrador sí intervino en el proceso de selección de la nueva coordinadora del Movimiento. Y esto es entendible. Todos los demás aspirantes al cargo, en su momento se quejaron de lo mismo. Noroña dijo en una de sus “videocharlas” que la hoy coordinadora, era para el presidente, “La niña de sus hombros”, porque la cuidaba e impulsaba como a ningún otro colaborador. Monreal señaló que el presidente lo desgastó políticamente (aunque en realidad el desgaste se debió a sus errores personales) y que solo lo incluyó en la lista de aspirantes, cuando lo vio en la lona. Ebrard y su gente, tienen abierto un proceso de impugnación en contra de un método de selección que se vio rebasado por el uso de recursos humanos y públicos, en favor de la ganadora. Adán Augusto expresó que efectivamente, había una cargada de funcionarios de diferente orden, a favor de quien al final se alzó con el triunfo. La mayoría de ellos aceptaron de una u otra forma el resultado que dio la encuesta. Pero eso no borra el hecho de haberse inconformado con el proceso de selección.
Ese dato es importante, porque entonces no se trata de apreciasiones particulares, sin elemento alguno que les dé sentido. Están los testimonios de estos políticos, al alcance de todos y corren libremente en redes sociales. Son las valoraciones que hacen los demás aspirantes al cargo.
Ahora bien ¿Intervinó o no el presidente en el proceso?
Yo creo que sí, pero no en la forma en que se piensa.
Me parece que esta operación se fue concretando de a poco y tuvo su inicio mucho tiempo atrás. Me parece que el presidente tiene conciencia de que el enemigo real del Movimiento, tiene su fuerza intacta. Los conservadores no han perdido nada en absoluto y van a intentar regresar en el corto plazo. La oligarquía mexicana no ha perdido un solo pelo. Está fuerte y cuenta con el capital suficiente para intentar una y otra vez, regresar al gobierno. Lo que perdió la oposición, fue el poder político. Pero no el económico. Ahí radica su principal fortaleza y no ha tenido merma alguna su capacidad para comprar todo lo que se requiera para regresar. Incluyendo conciencias y voluntades.
Y de esa apreciación, parte todo.
Creo que el personaje al interior del Movimiento más preocupante, era Ricardo Monreal. Él preparó el terreno, creando una poderosa estructura política dentro de Morena, donde construyo alianzas con buena parte de las dirigencias estatales y controlando a su bancada en el Senado, para ganar con facilidad una elección interna. Y la encuesta como método aprobado en el estatuto del partido le estorbaba. Hizo todo lo que pudo para cambiar el método. Pero no pudo. Y en esa batalla se desgastó. El presidente no respaldó en ningún momento la aspiración de Monreal y lo dejó morir de a poco, incluso desentendiéndose de los ataques que Monreal le lanzaba para presionarlo. La ambición de Monreal lo hacía pésimo candidato.
Ebrard es sumamente frío y calculador. Quizá es el más inteligente entre los que fueron aspirantes. Un político con muchas tablas, que obtiene regularmente buenos resultados. En un debate, tiene la capacidad, la experiencia, los datos y el talento para moverse como pez en el agua. En ese campo se come a todos los demás competidores, incluyendo a Noroña, que es bueno en tribuna, pero que carece de experiencia en el terreno del debate abierto. ¿Y qué pasó con los debates internos antes de la encuesta? Se suprimieron, por recomendación del presidente, según él mismo lo ha dicho. La hoy coordinadora no es mala para debatir, pero tampoco es el terreno que mejor domina. La frialdad de Ebrard, sus contactos con el gobierno demócrata norteamericano, su inclinación para privatizar algunos sectores, como sucedió con los segundos pisos que construyó en el entonces Distrito Federal, crearon dudas sobre la conveniencia de su llegada a la presidencia.
Adán Augusto llega de última hora y aunque ha demostrado ser un operador político de primera y habiendo realizado un estupendo trabajo de campaña, por razones que hoy se ignoran, fue relegado hasta el cuarto sitio en la encuesta. Después llega Luisa María Alcalde a Gobernación y hay una limpia general de todo funcionario ligado al Grupo Tabasco.
De todo esto estuvo enterado el presidente, porque como él mismo lo ha dicho, “el presidente está al tanto de todo lo que ocurre en el país”
¿Cuál fue el empujón definitivo en favor de la hoy coordinadora?
La única “señal” que pudo observarse, es que volteó hacia “otro lado” cuando la “cargada”, el uso de recursos, las fallas evidentes en la encuesta del partido y la guerra sucia, se pusieron en marcha. El presidnete era en ese momento el Coordinador del Movimiento y nada hizo para que las cosas sucedieran de otra forma.
¿Por qué?
Creo que lo que nos ha dicho López Obrador a través de estos cinco años de gobierno, lo expresa claramente.
El Poder Económico no se debilitó en absoluto. Sin él en la presidencia, el Movimiento corre el riesgo de perderse. Un candidato que pueda mover el timón un poco hacia la derecha, descarrila por completo al Proyecto, le cambia el rumbo, o lo deja inconcluso. La única garantía de continuidad, la da alguien que muestre total convencimiento con la ruta que sigue el país. Y de entre todos, solo había un personaje que cumplía con este requisito.
Quizá por este motivo, López Obrador volteó hacia otra parte cuando la bola de lodo viajaba hacia home. Las pruebas de que se dio una contienda inequitativa están ahí, aunque la nueva señal sea ahora no ver lo que para muchos es evidente.
Concluyo.
López Obrador ha dicho que la política, “es el arte de optar sobre inconvenientes”.
En este caso, se golpeó un poco a la democracia real, pero había un fin que lo puede hacer entendible y quizá hasta justificable.
Salvar al Movimiento, al menos un sexenio más, para que tome fuerza y esté menos expuesto al embate permanente de la oligarquía.
La apuesta del presidente fue fuerte. Hay voces que descalifican este proceder, porque a pesar de todo y gracias al mismo López Obrador que ha impulsado el “Despertar de las Conciencias”, muchas cosas quedaron a la vista.
El presidente apostó en esta jugada, parte de su capital político y algo mucho más importante. Parte de su Capital Histórico.
Andrés Manuel López Obrador es una figura de excepción en la Historia de México. Solo él pudo jugar de esta manera, sin quedar expuesto a la descalificación generalizada por parte de la sociedad.
Los verdaderos obradoristas lo vamos a defender siempre, incluso después de terminado su mandato. Es un orgullo estar con Obrador.
Pero eso no quita que se pueda y se deba buscar la verdad, en todo lo que tiene que ver con un Movimiento que hoy es del Pueblo.
Creo que el presidente jugó fuerte. Pero pienso también que la Historia, cuando haga el balance de su mandato y viendo los resultados que rinda el próximo gobierno, le dará la razón y justificará también esta difícil elección.
Malthus Gamba