¿ESCUPITAJO POLÍTICO, O FALSO ATENTADO?
Algo ha de haber quedado evidenciado en la investigación que realiza en estos momentos la Procuraduría de Justicia de la Ciudad de México, para que en Palacio Nacional se hable ahora de la posibilidad real, de que el atentado sufrido por Ciro Gómez Leyva hace unos días, sea en realidad un atentado en contra del gobierno federal.
Un acto planeado y operado por los grupos opositores, que a toda costa desean recuperar el poder político en el país, para poder frenar un movimiento social de alta envergadura, que ha puesto fin al reinado de la corrupción desde las más altas esferas del poder.
En la conferencia mañanera de este día, el presidente López Obrador, lejos de mostrarse a la defensiva por la serie de ataques desplegados por los medios de comunicación bajo control opositor, habló sobre el tema de manera clara.
“Estamos brindando el apoyo necesario a Ciro Gómez Leyva y no vamos a escatimar esfuerzos para llegar a la verdad, dando con los responsables de este hecho. Por lo mismo, he hablado con la Jefa de Gobierno de la Ciudad de México, para que se desarrolle una investigación a fondo, sin descartar línea de investigación alguna. Porque puede tratarse de un acto que intente desestabilizar socialmente al país y eso no lo vamos a permitir. Para todos los ciudadanos, resulta evidente que tengo y tendré diferencias políticas con Ciro Gómez y con el resto de los periodistas que trabajan para proteger los intereses de la clase conservadora. Son hipócritas, mentirosos, corruptos, falsos, sin ética y sostienen una campaña permanente en contra de este gobierno. Lo paradójico en esto, es que mientras más mienten y pretenden engañar, más desprestigio cosechan. No funciona su campaña en nuestra contra, porque el Pueblo nos conoce de años y sabe que no somos represores, ni violentos. Lo que hace la prensa en México, es lo mismo que realizan los periodistas de otros países, preparando el terreno para un Golpe de Estado Blando, que permita el derrocamiento de presidentes y gobiernos democráticamente electos. Nada más que aquí, hay mucho Pueblo.”
El nado sincronizado de los periodistas y medios de comunicación conservadores, ha sido evidente para todos. Actores, intelectuales, representantes de la Sociedad Civil, S. A. de C. V., se han sumado al coro que repite de manera machacante, que el presidente López Obrador es causante de la agresión a Ciro Gómez Leyva, por evidenciar a diario, la falta de profesionalismo y la inocultable intención de mentir a la audiencia, por parte de estos serviles empleados de los dueños del dinero en México.
Hoy, López Obrador da a conocer que el periodista de origen mexicano, avecindado en los Estados Unidos, Jorge Ramos, tiene un salario aproximado de tres millones de pesos mensuales. Tres millones de pesos al mes, por defender a toda costa, dejando en el camino retazos de dignidad, a quienes saben pagar más que bien por sus servicios. Y no solo es él. La mayor parte de la plana mayor de los comunicadores famosos en México, tienen valuados sus servicios a buen precio.
Un poco más tarde el día de hoy, vimos a un Ciro Gómez Leyva con el rostro desencajado, hablar de las nuevas agresiones que recibe por parte del presidente. Quejarse de que se especule sobre un posible montaje, en relación con el atentado que afortunadamente no dejó afectada a su persona. Pero nada dijo respecto a la especulación que se dio desde el primer momento por parte de sus compañeros periodistas, en donde se habla de la culpabilidad del presidente López Obrador en este hecho.
Las notas que intentan censurar, o acabar con la conferencia mañanera, comenzaron a circular profusamente a los pocos minutos de conocerse el incidente que dejó con impactos de bala, a la camioneta blindada que conducía el veterano comunicador.
Se exige al presidente dejar de hablar de todo periodista. Se exige que las conferencias mañaneras se suspendan. Se exige una autocensura al gobierno, para que los medios de comunicación y los periodistas que vienen del periodo neoliberal y de mucho antes en algunos casos, no se sientan señalados y agredidos.
Ciro Gómez Leyva, por lo que dijo el día de hoy al aire, tiene la idea de que el presidente obra mal, al decir “estamos contigo y atendemos tu caso para dar con los responsables” y agregar minutos después, señalamientos al desaseado y mentiroso trabajo que realizan tanto Ciro, como el resto de los comunicadores que están al servicio de los grupos de poder económico y político reaccionarios.
Son dos cosas distintas que Ciro quisiera enlazar, para quedar como víctima de un suceso lamentable, que al mismo tiempo limpia su historial profesional, por una especie de acto de magia.
“Ciro fue víctima de una ataque (hipótesis hasta ahora) y por ese motivo, se deben olvidar todos los actos desinformativos cometidos a lo largo de su trayectoria, para que pueda recuperar su credibilidad perdida, o demasiado manchada”.
Y esto no es así.
Ya hay dudas fundadas de que ese atentado haya sucedido en la forma en que lo está planteando la prensa nacional y por eso la petición de que se investigue a fondo.
La campaña pidiendo al presidente aplicar a su persona la autocensura. El reclamo opositor para que se elimine la conferencia mañanera. El nado sincronizado de todos los actores políticos, sociales y empresariales reaccionarios en contra del gobierno, acusando al presidente de ser el responsable de este acto de violencia, tienen la marca del intento desestabilizador.
Esa conducta perversa la hemos visto recientemente en Bolivia, en Argentina y en Perú. Se trata de la “punta de lanza” del ataque opositor, para mermar la credibilidad y el respaldo hacia el gobierno. El inicio de la ofensiva en otros frentes, para el futuro Golpe Blando.
En México hemos atestiguado la caída de Evo Morales, la injusta sentencia a Cristina Fernández y la aprehensión y posible juicio a Pedro Castillo.
Eso ha envalentonado a Claudio X González y a sus corruptos fieles. Piensan que en este país, es posible repetir la receta.
Nada más que aquí tienen un problema insuperable. Como se los dijo el presidente López Obrador el día de hoy, “Aquí hay mucho Pueblo”.
Las mañaneras no van a desaparecer, según nos dice el presidente. El derecho de réplica no se va a prohibir en Palacio Nacional. Y un atentado a la persona que sea, no borra las mentiras difundidas por décadas por un comunicador , ni lo convierte en mártir.
Ciro Gómez Leyva dice que recibió un escupitajo en la cara, al no ser arropado a su gusto por el presidente.
López Obrador por su parte, hace el señalamiento de que pudo tratarse de un falso atentado, con intenciones de crear desestabilidad política y social en México.
Ambos tienen una amplia trayectoria que los marca o respalda.
Uno miente y el otro habla con la verdad. Eso no es nuevo. Es lo que distingue a ambos personajes.
Esperemos que la investigación iniciada, conduzca a los culpables y que haya un justo castigo a todo responsable.
Sea quien sea.
Porque en uno de estos dos escenarios, estamos hablando de traición y de traidores a la patria.
Malthus Gamba