Norma Piña: los golpes y fracasos hasta su caída en la Suprema Corte

Norma Piña se convirtió en una operadora más del PRIAN desde el PJF al intentar detener los proyectos de la Cuarta Transformación.

La gestión de Norma Piña al frente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) ha estado plagada de polémicas que le han costado la pérdida de credibilidad y el rechazo por parte del pueblo.

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Desde su llegada se ha caracterizado por poner al Poder Judicial de la Federación (PJF) al servicio de intereses económicos, dejando a la población padeciendo de constantes trabas a la hora de buscar una adecuada procuración de justicia.

Es justo durante su periodo cuando se han incrementado los ya conocidos “sabadazos“, con los que las víctimas de algún delito quedan desprotegidas al ver volver a sus agresores en las calles.

Y no solo eso, Piña ha mostrado que sus favores y atenciones son totalmente subordinados al PRIAN.

Aquí mostraremos un breve recuento de los momentos que definieron su actuar.

Norma Piña y su falsa independencia judicial

La ministra presidenta Norma Piña Hernández llegó a la cúspide del PJF en enero de 2023, en sustitución del ministro en retiro Arturo Zaldívar.

Desde que tomo el control de los destinos de la SCJN, dejó ver su objetivo principal: estar en total oposición a las acciones de gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador, en franca alianza con el PRIAN.

Así comenzó una serie de sucesos encaminados a provocar desestabilización en cuestiones de seguridad cuando, apelando a una presunta independencia judicial, instó a jueces y magistrados a liberar a decenas de delincuentes de “cuello blanco” y a peligrosos “generadores de violencia”, en su mayoría pertenecientes al Cartel Jalisco Nueva Generacion (CJNG).

Estuvo detrás de los amparos que se otorgaron para impedir la distribución de los libros de texto gratuitos de la Nueva Escuela Mexicana, en detrimento de estudiantes de nivel y medio básicos de educación.

También apoyó el que se invalidaran mas de 70 leyes y reformas, entre las que destaca la reforma eléctrica de AMLO que buscaba que el estado retomara el control del sector energético reduciendo la participación privada.

La intervención de Norma Piña en el proceso electoral

Y Piña no se detuvo ahí, en plena efervescencia por las elecciones de 2024, organizó una cuestionable reunión entre ministros del Poder Judicial y dirigentes del PRI y del PAN en casa del ministro Alcántara Carrancá.

En dicha reunión buscaba acercamientos entre el PJF y el PRIAN de cara al proceso electoral más grande que ha vivido el país, además de promover al ministro Reyes Rodríguez Mondragón al frente del Tepjf.

Como toda una operadora política de la oposición a la Cuarta Transformación, la ministra presidenta concentró sus ataques hacia el ministro en retiro, Arturo Zaldívar.

Para ello procedió a filtrar expedientes con presuntas acusaciones en su contra con el fin de “pegarle políticamente”, ya que en esas fechas Zaldívar formaba parte del equipo de campaña de Sheinbaum.

En agosto, en la víspera de las discusiones que llevaron a la eventual aprobación de la Reforma al Poder Judicial, Piña intentó quitarle la mayoría calificada a Morena y aliados pretendiendo otorgar a la Corte la facultad de decidir sobre la asignación de curules de legisladores plurinominales en el Congreso, asunto que tampoco pudo concretar.

5 de noviembre: la debacle de Norma Piña

El episodio que muchos consideran fue el más duro y que marcó la presidencia de Norma Piña, fue la fallida votación del proyecto que elaboró el ministro Alcántara Carrancá con el que pretendían hacer cambios a la Reforma Judicial.

Esta situación fue inaudita, ya que significaba realizar modificaciones a la Constitución, pasar por encima de la voluntad popular manifestada en las urnas por la mayoría de los mexicanos y pretender que el PRIAN tenía la capacidad de ordenar cambios a la Carta Magna.

El desenlace todos lo conocen, el proyecto no alcanzó la mayoría calificada, a pesar de que la misma Norma Piña pretendió hacer trampa a ver que no la favorecían los resultados y quiso “bajar” el número de ministros necesarios para alcanzar una mayoría calificada.

Finalmente, tuvo que aceptar que no podía pasar por encima de la Constitución.

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