Sumas millonarias de dinero tiradas a la basura.
Reputación de periodistas de sólida credibilidad, que vemos hoy en el suelo.
Políticos que presumían su respetabilidad en cualquiera parte, padeciendo el rechazo de una sociedad que no los baja de corruptos.
El momento que vive la clase conservadora del país, es lamentable para ellos y para sus intereses.
El foco de atención de todas sus campañas e intentos, ha sido el ciudadano común. El votante potencial, a quien se bombardea a diario en radio, prensa y televisión, intentando atraparlo en la maraña de mentiras y calumnias que construyen los estrategas reaccionarios.
El ciudadano, la persona que camina por la calle. Ese ser que define elecciones, dando o negando el voto requerido para gobernar al país, o para ocupar cargos de elección, dentro del aparato de gobierno.
Ese ciudadano ha dicho una y otra vez NO a los conservadores. El pueblo de México en forma individual y en conjunto, no atiende los mensajes engañosos de la oposición y por lo mismo, el respaldo que tiene el presidente López Obrador y su gobierno, no baja.
Por eso hablamos de dinero tirado al basurero, de periodistas desenmascarados y de políticos en total descrédito, a pesar de los esfuerzos que hacen Claudio X González y su gente, por levantar la estructura de la vieja y corrupta fuerza opositora.
Ayer mismo, vimos caer estrepitosamente a uno de los políticos interesados en obtener la candidatura presidencial del bloque opositor, rumbo a las elecciones del 2024.
Alejandro Moreno (Alito), presidente del Partido Revolucionario Institucional, es evidenciado públicamente como el corrupto que es, mediante una grabación telefónica en la que se habla del pago de cinco millones de dólares, al especialista en guerra sucia Alejandro Sola.
Estos pagos se dieron durante el proceso electoral pasado, cuando Alejandro Moreno ya era dirigente nacional del PRI.
Además de este depósito millonario, realizado a una cuanta bancaria radicada en Panamá, se habla de otros cuantiosos desembolsos pendientes de liquidación, que serían usados para cubrir el costo de otra guerra de lodo, para resolver “el asunto de Campeche”.
La estrategia evidentemente falló.
El PRI pierde ocho gubernaturas en esa elección y Campeche pasa a manos de Morena, con la hoy gobernadora Layda Sansores San Román.
La figura ganadora de Alejandro Moreno se viene abajo. Y los restos de su prestigio político, que intentaban mantener cierto equilibrio, caen en definitiva, ante el evidente acto delictivo que exhibe el audio señalado.
La intención de Alejandro Moreno para ser candidato a la presidencia por la coalición opositora, se ve lejana, o mejor dicho, casi imposible.
Su única oportunidad real, aunque remota, tiene que ver con el futuro que tenga la Reforma Electoral que envió a la Cámara de Diputados, el presidente López Obrador.
Los consejeros del Instituto Nacional Electoral, han jugado en las elecciones del pasado, en favor de los partidos políticos conservadores.
En 2021, fueron severos en extremo con los candidatos a las gubernaturas de Morena, en Guerrero y Michoacán. Por faltas administrativas menores, dejaron fuera de la competencia a Félix Salgado Macedonio y a Raúl Morón Orozco, respectivamente.
Ahora que conocemos la suciedad y el uso de recursos públicos o privados (aún no se sabe el origen), por parte del PRI, queda claro que la supervisión “con lupa”, que implementó el INE, tenía como únicos destinatarios, a los candidatos de Morena.
Los consejeros del INE, ni cuenta de dieron del dinero ilegal que el PRI inyectaba a las campañas de sus candidatos.
El motivo de peso para que la oposición se oponga desde el inicio, a una Reforma Electoral, se debe al hecho de que en los consejeros del INE, ven a unos sólidos aliados a su causa.
En una entrevista reciente realizada por los analistas del programa televisivo Tercer Grado, a Pablo Gómez, titular de la Unidad de Inteligencia Financiera, el funcionario expresa lo siguiente: “las autoridades electorales de este país, están actuando en este momento, como opositores”
Una Reforma Electoral que tenga como fin erradicar la corrupción evidente dentro del INE, disgusta a quienes han obtenido beneficios de parte de este organismo. Y limita sus futuras posibilidades de triunfo.
¿Quién va a validar fraudes en el futuro? ¿Quién volteará hacia otra parte, fingiendo no ver los delitos electorales en que incurren las dirigencias y candidatos de los partidos opositores?
Alejandro Moreno tiene confianza en que la responsabilidad administrativa y penal que pudiera corresponderle, por lo que se escucha en el audio referido, no lo va a alcanzar.
Tiene amigos, o socios en el INE que lo cuidan y protegen.
Y esa seguridad le permite guardar esperanzas personales. No ve muerta la posibilidad para ser candidato a la presidencia.
Pero aquí es donde debemos regresar al origen de todo lo dicho.
El audio en cuestión, deja desnudo a Alejandro Moreno ante los ojos del electorado.
No habrá votos para él, o para otros como él, en la contienda del 2024.
El INE es experto en preparar y validar fraudes electorales. Pero no hace magia.
Por fuerza, se requiere el margen suficiente de votos, para operar un fraude creíble.
El algoritmo en el programa de conteo en el INE, tiene un margen de maniobra que ayuda a subir o bajar porcentajes de votos. Pero no puede crear un escenario de mayoría en favor de un candidato, aparecido de la nada.
La oposición necesita con urgencia una transfusión de confianza popular. Requiere atraer votantes hacia su causa.
Sin embargo, cada vez que abre la chequera, o impulsa la guerra sucia por todos conocida, las cosas empeoran. Sale manchado y derrotado.
La etiqueta de “Traidores a la Patria”, los hará perder las elecciones del próximo 5 de junio y también las del 2023 en el Estado de México y Coahuila
Para el 2024, lanzan un desesperado grito de “Unidad”, para sacar adelante un solo candidato. Candidatura de unidad, le dicen.
¿Pero a quién pueden impulsar para enfrentar a la poderosa maquinaria de Morena?
¿Quién puede hacerles sombra a Claudia Sheinbaum, Marcelo Ebrard, o Adán Augusto López?
No hay perfiles de calidad dentro del grupo conservador.
Es cierto que marcharán en unidad, rumbo al 2024.
Pero no será para alcanzar el milagro que esperan.
Irán unidos hacia la derrota final. Hacia el entierro político que los espera.
Con INE, o sin INE, los corruptos reaccionarios no van a regresar.
Y ellos lo saben.
Malthus Gamba