Los “salarios de a millón” de Canal 11 ó “la paja en el ojo ajeno”
Recientemente la revista EMEEQUIS publicó un reportaje titulado “salarios de a millón” en donde insinúan un supuesto “chayote” a los analistas de izquierda, pero dolosamente omitiendo los enormes “salarios” devengados por quienes han apoyado a los anteriores gobiernos, intercalando tibias criticas solo para cubrir apariencias.
Así EMEEQUIS “revela” los ingresos de las nuevas voces de izquierda recientemente incorporadas a Canal Once, como John Ackerman, Gibrán Ramirez Reyes o Estefanía Veloz, pero no demuestra que se les pague algún tipo de “chayote” por coincidir con las políticas emprendidas por la cuarta transformación.
De ser cierta la insinuación de la mencionada revista, los conductores y opinólogos críticos con el Presidente Andrés Manuel López Obrador y la 4T, como María Amparo Casar, José Antonio Crespo, Leonardo Curzio, Sergio Aguayo y Ezra Shabor estarían excluidos de estos sueldos y definitivamente no obtendrían contratos con pagos similares o hasta mayores que las del grupo cuya simpatía por el gobierno de AMLO es evidente.
La prestigiosa revista Polemon, al igual que el periodista Esteban David Rodríguez, de EMEEQUIS, accedió al portal compranet y analizó los contratos de los opinadores críticos del Presidente López Obrador que laboran en Canal Once, constatando que se les otorgan sueldos similares o mayores al de los analistas de izquierda, lo cual demuestra que en la televisión pública en tiempo de la 4T existe una auténtica pluralidad y una total libertad de expresión, que se ejerce a plenitud.
La opinadora María Amparo Casar, actual Presidenta Ejecutiva de Mexicanos Contra la Corrupción (organización fundada y patrocinada por el empresario anti AMLO y cabeza visible de la coalición Va Por México) obtuvo contratos en 2014 superiores a los 600 mil pesos, posteriormente la intelectual abiertamente contraria al gobierno obradorista recibió en 2015 un contrato por 822 mil pesos.
Al siguiente año, en 2016, recibió 4 contratos por 1 millón, 488 mil pesos. En 2017, Peña Nieto le dio 2 contratos por 1 millón 531 mil pesos. En 2018, contrato por 722 mil pesos. Ya con López Obrador en la presidencia, recibió en 2019 contratos por 599 mil pesos y en 2020, contratos por 327 mil pesos.
Otro caso que destaca Polemon es el de José Antonio Crespo Mendoza, quien de cobrar contratos en 2013 por 389 mil pesos, pasó a obtener contratos en 2014 por 695 mil pesos, en 2015 ingresó 887 mil pesos, en 2016 sus contratos llegaron a 1 millón 680 mil pesos y en 2017 cobró 1 millón 531 mil pesos. A la llegada de de la cuarta transformación en 2019, José Antonio Crespo obtuvo la nada despespreciable suma de 1 millón 322 mil pesos y en 2020, 905 mil pesos.
Por su parte, Leonardo Curzio Gutiérrez, integrante de Primer Plano, obtuvo en 2011 tres contratos por 49 mil pesos, el año siguiente, en 2012, le dieron 3 contratospor 350 mil pesos. 2013 le generó ingresos por 428 mil pesos, 2014 ganó 695 mil pesos. Para 2015 ya le pagaban 822 mil pesos, pero en 2016 llegó a 1 millón 676 mil pesos. 2015 le representó 822 mil pesos, 2016 fue de 1 millón 676 mil pesos y entre el 2017 y el 2018 tuvo ingresos por 1 millón 531 mil pesos.
Tras la llegada de AMLO a la presidencia y el cambio de administración en Canal Once, Leonardo Curzio recibió, en 2019, 1 millón 322 mil pesos y en 2020 327 mil pesos.
Uno de los más fuertes críticos anti AMLO en el programa Primer Plano, Sergio Aguayo Quezada, pasó de cobrar contratos por 8 mil 550 pesos en 2009 a devengar 822 mil pesos en 2015. En posteriores contratos, Aguayo cobró 49 mil pesos en 2011, 324 mil pesos en 2012, 441 mil pesos en 2013, 695 mil en 2014, 822 mil en 2015 y 1 millón 743 mil pesos en 2016.
A la llegada de la 4T, en 2019, Sergio Aguayo recibió contratos por 1 millón 322 mil pesos, y en 2020 por 327 mil pesos.
Por su parte el conductor y fuerte crítico del programa Dinero y poder, Ezra Shabot, recibió durante 2020 contratos por 905 mil pesos.
Así vemos como el reportaje presentado por EMEEQUIS parece maliciosamente tendencioso al no presentar todo el panorama y contexto de sus afirmaciones.
Con información de Polemón