El saqueo de Calderón
En los sexenios anteriores al de Fox, transferir discrecionalmente dinero público de una partida presupuestaria a otra configuraba el delito de peculado, pero esta práctica fue “legalizada” por el primer gobierno panista mediante la normativa interna, cuando el secretario de Hacienda era Francisco Gil Díaz, abriendo así uno de los pocos candados que existían para disminuir el saqueo del erario, iniciando así a partir de los gobiernos del PAN, la orgía dorada.
Utilizando esta nueva herramienta para el despojo de recursos del erario en el sexenio de Calderón, donde se despacharon con la cuchara grande, disponiendo de miles de millones de pesos en recursos públicos destinados específicamente para otros fines, que utilizaron sin autorización de nadie, robándoselos y entregando grandes cantidades a los oligarcas que apoyaron el fraude electoral mediante el cual llegó a la presidencia el Carnicero de Morelia.
De lo que tenemos noticia hasta hoy, gracias a las investigaciones realizadas básicamente por la revista Contralínea, en el sexenio de Calderón se desviaron cientos de miles de millones de pesos utilizando principalmente 5 excusas; la emergencia financiera de las hipotecas basura que se desató en los mercados internacionales en septiembre de 2008, la pandemia de la influenza A1H1, la destrucción de la compañía de Luz y Fuerza, la tragedia de la Guardería ABC y por supuesto, la inexistente guerra contra el narcotráfico que fue una asociación delictuosa con el Cartel de Sinaloa.
En el sexenio de Felipe Calderón, Hacienda manejó discrecionalmente miles de millones de pesos al margen del presupuesto autorizado por la Cámara de Diputados. Los oficios firmados por Ernesto Cordero, Dionisio Pérez-Jácome, Carlos Montaño y Carlos Treviño, revelan por ejemplo transferencias multimillonarias a la supuesta “guerra” contra el narcotráfico, a la SEP para congraciarse con el SNTE de Elba Esther Gordillo, una de las artífices del fraude electoral de 2006; a fideicomisos incluido el Fonden, al rescate de empresas privadas, al financiamiento de medios de comunicación. Además destacan centenas de millones extraídos en 2010 para supuestamente beneficiar a las víctimas del incendio en la Guardería ABC y a los trabajadores de la extinta Compañía de Luz y Fuerza del Centro, lo que como ya sabemos nunca ocurrió.
En la ruta del dinero público que se manejó discrecionalmente, destaca el financiamiento multimillonario a la mal llamada “guerra” de Calderón contra las drogas, en beneficio de las secretarías de la Defensa Nacional y de Marina. También existen transferencias a la Secretaría de Educación Pública (SEP) para dar cause a acuerdos del entonces presidente Felipe Calderón con Elba Esther Gordillo, quien era lideresa del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, lo que se puede leer como un pago de favores por la ayuda que ésta prestó en el fraude electoral de 2006.
Destacan también centenas de millones de pesos extraídos en 2010 para supuestamente beneficiar a las víctimas del incendio de la Guardería ABC, ocurrido el 5 de junio de 2009 en Hermosillo, Sonora, que cobró la vida de 49 bebés y lesionó gravemente a otros 106, así como para los 44 mil trabajadores de Luz y Fuerza del Centro, que quedaron en la calle luego de que el 10 de octubre de 2009 Calderón extinguió de forma unilateral dicha paraestatal, empleando para ello a la Policía Federal. No obstante, ni las víctimas ni los extrabajadores recibieron los recursos.
En un entorno donde se practicaba no solamente la condonación y la devolución de impuestos a los empresarios más ricos, sino que también se les destinaban apoyos por miles de millones de pesos hasta para garantizar sus emisiones de bonos en la bolsa de valores, el gobierno del sátrapa de Calderón, llegó a gastar hasta 5% por encima de lo autorizado en los presupuestos federales por el Congreso. No por nada endeudó al país con 3.5 billones de pesos, una deuda mayor a la que habían contraído todos los gobiernos del pasado. ¿Dónde quedó todo ese dinero?
Como dijo el filósofo austriaco Ivan Illich: “Esa sociedad se mantuvo de pie a pesar del debilitamiento de sus miembros y con el cinismo de sus dirigentes”.