EL BLOQUE NEGRO DEL PERIODISMO

Un hombre embozado, vestido de negro y mirando atento hacia el interior del zócalo, supervisa la actividad de destrozo que realiza el “Bloque Negro”, que año con año envía el panismo radical, al evento conmemorativo del Día Internacional de la Mujer.

Una joven, sostenida por otras personas que no se sabe si son hombres o mujeres, pues en estas manifestaciones, la presencia de hombres que aparentan ser integrantes de los colectivos feministas, ha sido una constante, arroja basura y objetos al personal femenino de seguridad, que resguarda las entradas a Palacio Nacional.

Otro grupo de jóvenes, haciendo uso de martillos, barretas, piolets y demás herramientas que llevan preparadas, intenta arrancar trozos de estructura en las vallas que rodean Palacio Nacional.

El Universal, Azucena Uresti y Animal Político, en sus redes sociales, presentan estos hechos como algo de valor periodístico y cívico encomiable.

Como si se tratara del intento de un pueblo levantado en armas, para entrar al castillo del tirano que ha despojado a los ciudadanos de sus derechos y recursos.

Porque El Universal lo dice abiertamente. “La intención es derribar las vallas metálicas, para enfrentar a los cuerpos femeninos de seguridad que protegen Palacio Nacional”.
Y uno casi puede ver la forma en que salivan y se frotan las manos estos integrantes del fascismo periodístico, al ver un espectáculo violento, que puede concluir con el derramamiento de sangre entre mujeres.

Y precisamente en el Día Internacional de la Mujer.

En varias ciudades del mundo se registran eventos similares, conducidos e integrados por las mujeres de cada país.

En España, se ven imágenes de colectivos que celebran la causa feminista y se solidarizan con las mujeres palestinas, que hoy son masacradas por el régimen sionista.
En otras partes del mundo se ve a las mujeres desfilar, acompañadas de imágenes de las precursoras del movimiento feminista, que sufrieron represión y violencia por parte de las autoridades de entonces.

La mayor parte de las manifestaciones feministas, son de carácter pacífico. Es la fiesta de la mujer, que sale a reivindicar los derechos que ha ido ganando poco a poco, en un mundo que se movió por siglos, bajo la dirección total de los hombres.

Nadie les ha regalado nada. Sus conquistas son sus conquistas y están orgullosas de ellas.

México es uno de los pocos países donde en esta fecha significativa, se dan escenas vergonzosas, donde las mismas mujeres, agreden a otras mujeres. Y lo que resulta paradójico, es que son las civiles las que atacan con alevosía, a las integrantes de los cuerpos femeninos de seguridad, que van desarmadas a cumplir con su deber y su trabajo.
El Bloque Negro Panista llega armado con petardos, martillos, marros, cadenas, piolets, sopletes, bombas molotov, piedras y todo el arsenal que va acumulando en los destrozos que provoca a su paso.

La plancha del zócalo de la Ciudad de México, es el escenario donde se pone en marcha esta representación vergonzosa, que termina siempre con mujeres policías lastimadas. Con mujeres y hombres del Bloque Negro quemados al explotarles las bombas molotov en las manos, o en sitios próximos a ellos, por su impericia para manejar explosivos.

Y los medios de manipulación, así como los integrantes de un periodismo fascista que, en periodo electoral, espera la presencia de la sangre para acusar al gobierno de “represor”, si los heridos son integrantes del Bloque Negro (y mejor aún de la sociedad civil), o de “tibio” si salieron lastimadas mujeres policías, nos narran deleitados los avances de las agresoras y agresores, en su intento por provocar un enfrentamiento violento, ante las cámaras de los medios que desean precisamente eso. Sangre.
Y uno no sabe en realidad dónde se concentra la violencia extrema en este día. Si en el Bloque Negro Panista que hace intentos infructuosos para crear una situación de violencia y represión, que beneficie las ambiciones electorales del grupo panista, o en los periodistas que intentan sobredimensionar la peor parte de la marcha.
El Bloque Negro del Periodismo, tiene la misma propensión a la violencia que el panista

Espera los mismos resultados que desearía obtener la gente de Claudio X González. Una respuesta del gobierno federal, que deje lastimados, heridos, e incluso algo peor, si la violencia alcanza las metas planeadas por los conservadores.

Es la estrategia recomendada hace unos días por Jorge Castañeda Gutman.

La parte sucia y al parecer inevitable en la marcha conmemorativa por el Día Internacional de la Mujer, la representan estos dos Bloque Negros que se complementan y apoyan. El primero, es el del radicalismo panista, que envía al zócalo a hombres y mujeres encapuchados.

El segundo, es el de los periodistas manipuladores de la información, que busca el sensacionalismo y aplaude la violencia, con imágenes y palabras.
Azucena Uresti y otros integrantes del periodismo manipulador de la información, reclamaban hoy el hecho de que la bandera nacional no ondeara en su asta central en el zócalo.
Hablaban de una “afrenta” a las mujeres y de un secuestro de la bandera, por parte del presidente López Obrador y del Movimiento de Transformación, que sí ve en el zócalo este símbolo patrio, en cada uno de sus eventos.

Y este “secuestro” tiene razones éticas, cívicas y de respeto.

La gente del Movimiento de Transformación, que respalda las políticas del presidente, nunca acude armada a los eventos. El pueblo que acompaña a López Obrador, no quema, pinta y destruye todo lo que encuentra a su paso. Los “chairos” no destruyen puertas en Palacio Nacional, o en cualquier otro edificio público. No lo hacen hoy, porque no lo han hecho nunca.

“Por décadas nos hemos manifestado en las calles. Y en todo ese tiempo, no ha habido ni un solo vidrio roto”, ha dicho el presidente López Obrador.
Dejar a nuestra bandera en su asta, al paso del Bloque Negro, era exponerla a un acto de agravio que desataría el enojo de todo mexicano. Pero que sería utilizado por el Bloque Negro del Periodismo, como imagen destacable en sus primeras planas.

La bandera nacional quemada en público por el Bloque Negro Panista, ante la pasividad del gobierno, que no sale a reprimir en forma inmediata.
Eso era lo que se buscaba. Y no les funcionó.

Hay un lado positivo en esta marcha. Algo ejemplar. Bello. Sincero y destacable.

Las imágenes de las verdaderas feministas que llegando “bien armadas” a la cita, con bolsas de dulces, van regalando esas pequeñas muestras de reconocimiento, a las mujeres policías que resguardan el trayecto. Esos dulces, son una manera de homenaje.

Ese reconocimiento a la mujer, por parte de la mujer, vale oro.

Y eso es lo que debería destacar el Bloque Negro del Periodismo.
Nadie en su sano juicio apuesta por la violencia.

Malthus Gamba